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Los
parques siguen siendo
iguales son las calles,
las flores, las iglesias,
repiten
sus vigilias.
Pero
el hombre de bien,
que se siente elegido,
hoy vierte en sus cantares
la promesa de Amor.
Y
ya nada es lo mismo:
la ciudad amanece
con perfumes de lluvia
en
su cáscara seca.
Son
las mismas personas,
que en el Metro recorren
los andenes de siempre,
entre
idénticos muros.
Pero
el hombre que ayer
portaba la neblina,
hoy se sabe elegido
y
ríe por Amor..
Y
todos le sonríen,
danzando en los pasillos,
y los jardines toman
la
ciudad al asalto.
Iguales
son sus ropas,
y sus pasos los mismos,
repiten los espejos
los ecos de otros días.
Pero
el hombre levita
como un hombre elegido,
pues avanza en sonrojo
al
encuentro de Amor.
Y
se ve reflejado
de púrpura y armiño,
marcando las campañas
tañer
de primaveras.
Y
dicen sus latidos:
que es el tiempo de amar,
tiempo de ser amado:
que
es tiempo de Vivir.
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